Cuando el sol se levanta en Marruecos, cada ciudad se ilumina de manera uniforme siguiendo una paleta particular de colores como el rojo en Marrakech o el verde en Fez en honor al color del Islam. Sin embargo, hay un destino que se torna de azul intenso con cada amanecer en Marruecos.
Se trata de Chaouen, un destino mágico que parece sacado de un cuento, donde predomina el color azul. Acompáñanos a descubrir Chaouen, la ciudad azul de Marruecos.
Una coqueta ciudad a los pies del Rif
Chaouen se encuentra en las faltas de las montañas del Rif, a tan solo 100 km de Ceuta y unos 64 km de la ciudad de Tetuán. Sin duda es una de las ciudades más bonitas y encantadoras, no sólo del norte, sino de todo Marruecos.
Con poco más de 40.000 habitantes, la antiguamente ciudad sagrada, a la que estaba prohibida la entrada a extranjeros, es actualmente uno de los secretos mejor guardados del país magrebí, ideal para una escapada de fin de semana o bien para incluir en una ruta por las ciudades más septentrionales de Marruecos.
Fotogénica como pocas, Chaouen es un compendio de estrechas y laberínticas callejuelas con rincones extremadamente encantadores. Originalmente fue poblada por musulmanes y judíos de al-Ándalus, una de las razones por las que se su parte más antigua recuerda irremediablemente a los pueblos andaluces. Las macetas con plantas en muchas de sus fachadas incrementa este efecto.
La ciudad de los 100 tonos de azul
Afirman los expertos que el color azul predominante en Chaouen proviene de los judíos refugiados en la ciudad, que en la década de 1930, comenzaron a pintar sus casas de azul intenso para simbolizar el color del cielo, en alusión al concepto de libertad.
Sea verdadera o no, lo cierto es que el color azul ha tenido un efecto muy positivo en la ciudad, ya que sus residentes afirman que el color de las fachadas consigue alejar a los mosquitos. También ha conseguido poner en el mapa a la ciudad, ya que el efecto mágico de sus calles azules ha sido un imán de visitantes para la ciudad, sin que esta haya perdido su esencia.
Qué ver en Chaouen
Aparte de perderte por sus calles, conversar con sus habitantes y descubrir sus rincones encantadores, hay mucho por ver y hacer en Chaouen.
La Medina de Chefchaouen
Rodeada por las murallas, la Medina de Chefchaouen es un conjunto de calles empedradas situada en la parte antigua de la ciudad. La excusa para conocerla son sus numerosos talleres artesanales, sus rústicos hornos de pan y sus galerías de arte. Definitivamente, el sitio para perderse y volverse a encontrar.
Plaza Uta el-Hammam
Dentro de la medina se encuentra esta pintoresca plaza, sin duda, la más animada de Chaouen. Se encuentra a rebosar de bares y restaurantes y es el sitio para hacer cualquiera de las comidas del día y disfrutar de la cotidianidad de la ciudad.
Junto a ella se halla la Gran Mezquita de Chaouen, que si bien el acceso está destinado únicamente a musulmanes, sí se puede visitar la Kasbah o Alcazaba, que esconde unos fantásticos jardines y una torre con vistas panorámicas de la ciudad.
El Zoco de Chaouen
El zoco es una de las visitas imprescindibles en cualquier ciudad marroquí y en Chaouen esta no es la excepción. Aquí encontrarás todo tipo de objetos tradicionales, artesanías, ropas, especias, alfombras, cerámicas y todo lo que se te ocurra. Además, es el sitio ideal para desempolvar tus trucos (o aprender algunos) en el arte del regateo.
Manantial de Ras el Maa
Saliendo por la puerta de Bab el Onsar de la medina, puedes llegar al manantial de Ras el Maa. Se trata de uno de los lugares más tradicionales de la ciudad. Este manantial, cae a manera de cascada desde una de las laderas de la montaña, brotando un agua extremadamente fría, tan fría que lo describen como un agua que al beberla se te pueden romper los dientes.
A lo largo del río aún existen antiguos molinos de harina y es habitual encontrar a lugareñas lavando su ropa.
Mezquita Jemaa Bouzafar
No muy lejos encontrarás los restos de la mezquita Jemaa Bouzafar, también conocida como la Mezquita española: De planta octogonal, fue construida por los españoles inspirándose en la Torre del Oro de Sevilla. Y es que Chaouen fue una antigua base y una de las principales del ejército español en Marruecos.
Desde esta colina, no hay mejor lugar para contemplar las puestas de sol y las mejores vistas de la ciudad, al tiempo que disfrutas de un té verde y del intenso color azul que se mezcla con los dorados tonos del ocaso.