Existen lugares en el mundo que desde cierta distancia parecen sacados de un cuento. Tal es el caso de Cinque Terre, un conjunto de cinco pueblos situados en la provincia de La Spezia. Ubicados entre las ciudades de Pisa y Génova, estas localidades conviven entre mar y montaña en un colorido entramado de pequeñas calles, playas y acantilados con preciosas vistas al Mar de Liguria. Bienvenidos a Cinque Terre, un conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad y Parque Nacional.
“Cinco tierras” llenas de encanto para perderte
Los pueblos que componen Cinque Terre son: Monterosso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore, localidades que se han adaptado a un terreno tan caprichoso como espectacular, en una sucesión de calles serpenteantes, terrazas y senderos junto al mar. Si visitas el norte de Italia, es obligatorio acercarte a Cinque Terre. Apenas hay una hora de tren desde Génova y poco menos de hora y media desde Pisa para llegar a Cinque Terre.
Cinque Terre lo puedes conocer andando (aunque puedes moverte entre los pueblos utilizando el tren).
Monterosso al Mare
Monterosso al Mare es el más occidental y probablemente el más visitado de Cinque Terre. Los principales hoteles y muchos de los monumentos más famosos del entorno se hallan aquí. Uno de ellos es la Torre Aurora. Desde esta estructura defensiva del siglo XVI se pueden ver unas vistas espectaculares, más aún si subes al mirador donde se encuentra la estatua de San Francisco de Asís.
El mayor encanto de Monterosso está en perderse por las callejuelas del casco histórico. Entre los sitios de interés, no te pierdas la Iglesia de San Juan Bautista y el Castillo de Monterosso. Aunque nada más representativo que la estatua “Il Gigante”, una figura de Neptuno que es el símbolo del pueblo. Para un chapuzón, las aguas transparentes de Playa de Fegina son perfectas.
Vernazza
El pequeño pueblo de Vernazza -de menos de mil habitantes- se halla a apenas 5 minutos de Monterosso en tren. Esta coqueta y minúscula localidad está situada frente a una pequeña bahía donde se levanta la Iglesia de Santa Margarita de Antioquia, cuya torre-campanario de 40 metros de alto es su mayor símbolo. El Castillo de los Doria y los Belforte es otra de sus visitas obligadas.
Este antiguo bastión se encuentra a unos 60 metros de altura, dominando el panorama del pueblo por completo. Vernazza está rodeado de viñedos y olivares, donde a pesar de las fuertes pendientes del terreno, se producen vinos y aceite de oliva.
Corniglia
De los cinco pueblos, Corniglia es el más peculiar, ya que no tiene acceso directo al mar. Para llegar a Corniglia, deberás recorrer la Lardarina, una larga escalinata de casi 380 escalones que le conecta con la estación de tren. ¿Te cuento un secreto? Si has comido tanto que no te ves capaz, también puedes subir en autobús. Y es que el pueblo está ubicado en una colina a unos 100 metros sobre el nivel del mar, es un compendio de calles estrechas y empinadas rodeadas de viñedos.
Es el pueblo más tranquilo y quizás con menos sitios de interés de Cinque Terre, pero aún así Corniglia te invita a pasar un rato relajado, degustando alguna pizza o focaccia y ¿por qué no? un buen gelato. Si te apetece un chapuzón, puedes bajar hasta la costa y acceder a playas que si bien son de roca sin arena, son de aguas increíblemente cristalinas.
Manarola
Si hay algo que no le falta a Manarola es gente, bullicio y mucho encanto. Esta localidad es dueña de muchos sitios de interés como las ruinas de la Torre/Bastión o la Iglesia de la Natividad, aunque el verdadero placer es perderse por sus calles. Manarola tiene una pequeña y peculiar playa de rocas de un azul intenso, la cual conecta con la playa de Corniglia (esto si te atreves a caminar 3 kilómetros por las rocas).
Si es por perderte, asegúrate de hacerlo por Via de Mezzo, su calle más animada y el lugar para ir a un bar o restaurant o bien para comprar productos locales.
Riomaggiore
Riomaggiore es el último de los pueblos de Cinque Terre no es tan animado como su vecina Manarola pero es igual de encantador. Uno de sus sitios más pintorescos es el malecón, lleno de colorido gracias a los muchos barcos de pescadores. Es el sitio perfecto para disfrutar del panorama del pueblo y empezar a recorrerlo. Hay estructuras que vale la pena echar un vistazo como la Iglesia de San Juan Bautista y el Castillo de Riomaggiore, en lo más alto del pueblo.
Por nada del mundo dejes de hacer un paseo por la Via dell’amore. Este romántico sendero de unos 12 kilómetros, conecta los cinco pueblos de Cinque Terre a través de un camino excavado en la roca que bordea el mar constantemente. No hay mejor sitio para despedirte o darle la bienvenida a este pequeño rincón de La Spezia.