Hacer una maleta puede parecer una tarea sencilla, pero hacerlo de manera eficiente y adaptada a cada tipo de viaje requiere un poco de planificación. Elegir entre las diversas opciones que nos encontramos (normalmente una maleta grande, de cabina o una mochila) dependerá de factores como la duración del viaje, el destino o las actividades previstas. Aquí te ofrecemos consejos para preparar cada tipo de equipaje de forma efectiva y para identificar cuál es el más adecuado para cada situación.
Maletas de cabina
Las maletas de cabina son la opción perfecta para escapadas cortas, de entre dos y cinco días, o para quienes prefieren viajar ligeros y evitar la facturación de equipaje. Su tamaño compacto, que generalmente no supera los 55 x 40 x 20 cm, las convierte en una alternativa práctica para moverse rápidamente en aeropuertos y estaciones y desplazarse sin complicaciones.
Para optimizar el espacio, lo ideal es usar organizadores de equipaje, como cubos de compresión, que te permitirán dividir las prendas por categorías. Es recomendable aplicar la regla 5-4-3-2-1, que consiste en llevar cinco camisetas, cuatro pares de ropa interior, tres pantalones, dos pares de zapatos y una prenda de abrigo, adaptando las cantidades a las necesidades del viaje.
Además, es importante minimizar los líquidos, utilizando envases de menos de 100 ml, y maximizar el espacio enrollando la ropa en lugar de doblarla. Elegir prendas versátiles y que puedan combinarse entre sí será clave para mantener un equipaje funcional y ligero. Este tipo de maleta es ideal para fines de semana urbanos, viajes de negocios o destinos donde no necesitas cargar con demasiado.
Maleta grande para grandes viajes
Si el viaje es largo o en familia, la maleta grande es la mejor aliada. Con una capacidad de 70 litros o más, estas maletas permiten llevar todo lo necesario sin preocupaciones, aunque requieren facturación en la mayoría de las aerolíneas. Son especialmente útiles para viajes internacionales prolongados o destinos donde se necesita ropa para diferentes climas.
A la hora de llenarla, es importante planificar las prendas según los días y actividades previstas, llevando básicos que puedan combinarse entre sí y añadiendo piezas específicas para ocasiones especiales. Dividir la maleta en secciones es un truco útil: puedes usar bolsas de vacío para comprimir prendas voluminosas, como abrigos, y destinar un lado de la maleta para ropa y el otro para calzado, productos de higiene y accesorios.
Recuerda que, si incluyes artículos frágiles en su interior, hay que empaquetarlos con cuidado, utilizando ropa como protección adicional. Tampoco hay que olvidar las restricciones de peso de las aerolíneas, que suelen ser de 23 kg, y etiquetar la maleta con tus datos de contacto para evitar contratiempos.
Pack mochilero
Finalmente, las grandes mochilas de viaje son la opción favorita de los que buscan aventura y libertad, especialmente en rutas de larga duración o destinos donde el terreno no permite el uso de maletas con ruedas. Elegir una mochila adecuada, preferiblemente de entre 40 y 60 litros, con soporte lumbar y correas ajustables, es el primer paso para garantizar la comodidad durante el trayecto.
¿Y dónde está la clave para que quepa dentro todo lo que necesitamos sin que nuestra espalda sufra? Principalmente en la distribución: los objetos más pesados deben colocarse cerca de la espalda y en la parte media de la mochila, mientras que los artículos de uso frecuente, como la botella de agua o un impermeable, deben quedar en los bolsillos exteriores para un acceso rápido.
Es esencial priorizar lo imprescindible, como ropa ligera y de secado rápido, un botiquín básico, una linterna y un buen calzado. Minimizar el peso es fundamental; lleva únicamente lo que realmente vayas a usar y prescinde de objetos innecesarios.
Esta opción es perfecta para trekkings (amantes de las excursiones campo a través), viajes de bajo presupuesto y rutas por varios países donde el transporte público y el caminar son parte del itinerario.
Algo más que tener en cuenta
Sea cual sea el equipaje que elijas, hay algunos consejos que siempre serán útiles para optimizar el proceso de guardar tus ‘necesarios’ en la maleta. Por ejemplo, hacer una lista antes de empezar es una excelente manera de evitar olvidos y de asegurarte de llevar sólo lo necesario.
Procura no caer en la tentación de incluir demasiado ‘por si acasos’ y sé realista sobre lo que realmente vas a utilizar. También es fundamental revisar el clima del destino para adaptar tu maleta a las condiciones meteorológicas.
Finalmente, siempre es buena idea dejar un poco de espacio libre, especialmente si planeas comprar recuerdos o productos locales durante tu viaje. Con estos consejos, podrás hacer tu maleta de una manera cómoda, fácil y eficiente para enfocarte en lo más importante: disfrutar de la experiencia viajera.