Una pincelada de gris claro sobre el papel ya humedecido marca el recorrido de la carretera. Los días de lluvia en Tokio el suelo se convierte en un gran espejo y la hoja se arquea al tratar de plasmarlo en el cuaderno. Un tono por encima destaca la acera, con cientos de peatones que apenas son machas de tinta desde la distancia. Los escaparates de los grandes edificios del área comercial llenan de luz y color el dibujo. Sobre las fachadas se proyecta el amarillo cálido de las últimas horas de la tarde, mientras que el destello de los neones, en manchas de acuarela fucsia, se extiende más allá de los perfiles trazados a pluma.
La capital de Japón se ha convertido durante las últimas décadas en un lugar de peregrinación para los amantes del Anime, el Manga, los videojuegos y los productos electrónicos: la Meca ‘freak’ por excelencia. Cada uno de los llamativos letreros del barrio de Akihabara es un mandamiento para los fieles de esta religión del siglo XXI y el perfecto reclamo para los viajeros más curiosos. Sin duda una parada obligada para la primera toma de contacto con esta maravillosa ciudad.
Perderse en las tiendas de los barrios de moda y cruzarse con sus personajes más excéntricos debe ser una parte fundamental de cualquier tour que se precie por Tokio. La ruta empezaría por el mítico barrio de Akihabara y continuaría por la calle de Takeshita Dori, en Harajuku, punto habitual de reunión de aficionados al ‘cosplay’ (una moda originaria de Japón que consiste en disfrazarse y adoptar actitudes de personajes de ficción). Esto serviría de aperitivo, pero los fanáticos de la cultura digital japonesa tienen muchos más rincones que descubrir.
UN LUGAR DONDE BENDECIR EL IPHONE
Hasta tal punto llega esta locura que los tecnófilos tienen un lugar en el que bendecir sus nuevos aparatos electrónicos: el santuario de Kanda Myojin. Su proximidad al barrio de Akihabara le ha convertido en el sitio perfecto para llevar el nuevo iPhone y quemar una barra de incienso en su honor, con la esperanza de que sobreviva a los golpes y las actualizaciones del sistema operativo. ¿Alguien escuchará sus plegarias?
En estos barrios la luz la ponen los neones y las pantallas colocadas en los rascacielos, pero es el sonido el que sorprende a los turistas cuando se abren las puertas de las salas recreativas. Edificios enteros con plantas temáticas, algunas llenas de máquinas con videojuegos clásicos y otras con títulos que aún no han llegado a Europa, controladas por verdaderos profesionales. Es hipnótico verles jugar durante horas.
Y si el ruido de las salas de videojuegos parece alto, lo de los Pachinkos es de locos. Se trata de la versión japonesa de las tragaperras y están siempre llenos desde primera hora de la mañana, con un nivel de decibelios no apto para todos los tímpanos. Y es que cuando se trata de máquinas en Tokio van un paso por delante.
LAS OLIMPIADAS DE SUPER MARIO
Queda claro que los videojuegos y los comics forman parte de la cultura popular de Japón. Tanto es así que el primer ministro del país, Shinzo Abe, apareció hace dos años en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Brasil disfrazado del mítico personaje Super Mario Bros (diseñado a principios de los años 80 por el gran Shigeru Miyamoto) para tomar el testigo de cara a 2020. Algo nunca visto.
Japón es consciente de la importancia de esta industria para el turismo y en los anuncios que ya se están emitiendo con motivo de las Olimpiadas los deportistas aparecen acompañados de personajes como Doraemon, Oliver Atom o Pacman. La locura se ha desatado y según se acerque la fecha el espectáculo va a estar garantizado en los barrios más frikis de Tokio. No se nos ocurre mejor momento para viajar hasta allí.
Así que toca ir haciendo la maleta, pero dejad un hueco libre para pasar por Don Quijote (el famoso ‘todo a cien’ japonés con nombre de hidalgo) y llenarla con los souvenirs más raros que os podáis imaginar: el Kit Kat de wasabi no puede faltar. El broche de oro debe ser en un ‘purikura’, el fotomatón japonés, del que saldréis hechos un cromo, literalmente. Un recuerdo de lo más friki para no olvidarse de esta ciudad tan peculiar.
Si tienes claro que Japón será tu próximo destino aquí encontrarás las mejores ofertas.