Suena el despertador, es de noche…. ¡¡¡Vamos a volar en globo en Capadocia!!!!
Son ni más ni menos que las 4 AM… Pero hoy sabemos que va a ser un gran día y que el madrugón merecerá la pena. Se respira el polvo, los caminos que llegan a nuestro punto de partida no están asfaltados. Tan sólo acceden por ellos las furgonetas de la multitud de empresas que vuelan en globo en Capadocia.
Cruzamos los dedos, sabemos que, si hoy se levanta aire o lluvia, el vuelo no será posible y no tenemos más días para disfrutar de Capadocia y el Valle de Göreme. Hemos mirado la predicción del tiempo mil y una veces antes de venir, pero, ¿saldrá todo bien?
Parece que en el valle hace frío y nos abrigamos, pero esta percepción tan sólo dura unos minutos. Comienzan a calentar el globo, sentimos esa sensación de calor similar a cuando te calientas en invierno cerca de la chimenea.
Más de 150 globos se están preparando para realizar esta actividad. Es de noche, pero nuestro globo está listo. Nos dicen que podemos acercarnos y no perdemos un minuto. La cesta tiene varios cubículos y queremos estar en una esquina para hacer un montón de fotos y vídeos mientras disfrutamos de la experiencia de montar en globo en Capadocia.
El vuelo en globo en Capadocia
¡Llega el momento más esperado! A nuestro alrededor comienzan a elevarse algunos globos y el cielo que antes era negro, se torna azul oscuro.
Por detrás de una pequeña loma aparecen más globos. Como una orquesta, entran en escena más y más globos y el cielo, todavía oscuro, se ilumina con las llamaradas procedentes de los quemadores.
De repente, sin apenas darnos cuenta, tomamos altura y cuando miramos abajo estamos ya a más de 15 metros.
Nos miramos, sabemos que estamos en uno de esos momentos mágicos que recordaremos siempre y a la cabeza nos llegan imágenes del Taj Mahal, Petra o los templos Angkor.
Levantamos la vista y contemplamos todo el Valle de Göreme. Podemos observar más detalladamente los efectos erosivos por las escorrentías del agua, responsables de la formación del paisaje que tenemos delante.
Desde el aire es más fácil apreciar las formas del paisaje kárstico y la formación de los diversos valles de Capadocia. El cielo comienza a ponerse azul y en el horizonte se divisa una parte amarilla que nos indica que el sol está cerca de salir.
La luz dorada inunda todo el cielo en una imagen de postal haciendo que sea el momento cumbre de la experiencia de montar en globo en Capadocia.
Las imágenes se graban en nuestra retina al igual que se almacenan en las tarjetas de memoria de nuestra cámara. Somos unos privilegiados por poder vivir este momento único y no nos acordamos del madrugón. Cuando el planeta tiene tal regalo a la vista, no nos importaría madrugar aún más.
Poco a poco, comenzamos a descender y mientras nos acercamos al lugar acordado entre el piloto y su equipo de tierra.
El constante movimiento de las furgonetas por los caminos de tierra levanta una gran polvareda que, junto a la luz dorada del amanecer, imprimen al ambiente una atmósfera mágica y de misterio.
De pronto, aparece el equipo de tierra. El trabajo en grupo y la destreza del piloto hacen que aterricemos sobre el remolque que transporta la cesta y que hace a su vez de plataforma. La experiencia termina con un brindis y dando gracias al destino por habernos dado la oportunidad de disfrutar de este gran día.
Esperamos que te haya gustado este artículo y puedas dejarnos un comentario. Si quieres seguir descubriendo el mundo con nosotros, ¡te esperamos!