El carnaval es una de las citas más divertidas e interesantes de nuestro calendario que engancha a niños y mayores a través del disfraz, las máscaras, el maquillaje y la música festiva. Y también es una buena excusa para viajar y conocer mundo.
A nivel internacional son tremendamente famosos los desfiles de Río de Janeiro, São Paulo y Vitória, en Brasil, cargados de color y de samba. Y no podemos olvidarnos de los de Venecia, conocidos por sus trajes de época, más aristocráticos, y sus máscaras de delicados diseños.
Y en España destacan los de Canarias, con especial mención a los de Tenerife, y los de Cádiz, cuyas chirigotas y comparsas alegran el alma de quienes las escuchan recorriendo las calles de la Tacita de Plata.
Pero ¿en qué otros puntos del mundo podemos disfrutar del carnaval en su máximo esplendor? Aquí os dejamos una pequeña selección.
Los diablos cojuelos de República Dominicana
En República Dominicana, el carnaval es una de las festividades más importantes de su cultura popular, ya que está muy próximo a la conmemoración de su independencia, el 27 de febrero, y se asocia a la libertad y a la identidad nacional.
Prácticamente durante todo el mes, sus principales centros neurálgicos se llenan de color, de bailes y comparsas. Sobre todo su capital, Santo Domingo, pero también Punta Cana y, sobre todo, La Vega, que presume de tener el carnaval más llamativo del Caribe. Allí desfila uno de los personajes más famosos del folklore dominicano: los diablos cojuelos.
Estos personajes de influencia española representan a espíritus traviesos con trajes muy vistosos, máscaras de demonio entre divertidas y aterradoras, y vejigas o látigos. Con ellos persiguen a los espectadores, haciéndoles partícipes de la comitiva de una manera festiva y algo gamberra.
Alegría mexicana en Campeche
El carnaval más antiguo de México es el de Campeche, con casi 450 años de historia. Su temática gira alrededor de la muerte, arrancando con el funeral y la quema del mal humor. Se trata de una representación festiva con un muñeco de trapo en un ataúd que recorre las calles de la ciudad y que termina siendo quemado en una hoguera.
El objetivo de este ritual es sacar de nuestra vida todo lo negativo que nos afecta para poder disfrutar libremente de la fiesta que nos espera en los siguientes días: desfiles y comparsas se compaginan con tradiciones como el gallo de la alegría, encargado de avisar de que el buen ánimo de los carnavaleros ya está en su momento álgido.
También destacan sus carros llenos de flores de colores, así como la coronación de sus reinas y reyes del carnaval. Y el martes de pintadera, a pocas horas del Miércoles de Ceniza, cuando todos los vecinos de Campeche se reúnen en plazas y calles y se pintan entre sí.
Mardi Gras en Nueva Orleans
El martes de carnaval tiene lugar uno de los eventos más conocidos de Luisiana (Estados Unidos): el Mardi Gras de Nueva Orleans. De hecho, este nombre se puede traducir como ‘Martes de Grasa’, refiriéndose a ese último día para disfrutar de los placeres gastronómicos y carnales antes de la llegada de la Cuaresma.
No obstante, los festejos comienzan ya a principios de enero, después del día de Reyes: carrozas, bailes de máscaras, desfiles y colorido van llenando sus calles, incluyendo las del Barrio Francés, uno de los más visitados. Eso sí, por sus pasos estrechos no caben ya las enormes carrozas que engalanan las diferentes cofradías, así que para disfrutar de estas cabalgatas hay que localizar su paso por avenidas más grandes.
Desde estas carrozas los miembros de las peñas carnavaleras lanzan collares de cuentas redondas colores a los espectadores, una tradición que aún se mantiene. Lo normal es mantener estos colgantes mientras duren los desfiles y guardarlos en el momento en el que acaba el carnaval, nada más finalizar el día de Mardi Gras, para evitarlos durante la Cuaresma, como época de recogimiento y sobriedad.
Londres y su Notting Hill Carnival
Desde los años 60 del siglo pasado, el barrio londinense de Notting Hill celebra un peculiar carnaval fuera de temporada. En el último fin de semana de agosto, y coincidiendo con una festividad local, tiene lugar una fiesta multicultural que todos los años acoge a unos 2 millones de visitantes.
Surge como expresión popular de la comunidad afrocaribeña británica, inicialmente para el público infantil, con el fin de facilitar las relaciones y relajar las tensiones de los diferentes grupos étnicos que vivían en la zona. Con el paso del tiempo, y a pesar de las controversias que generó a nivel político y social, el festival ha ganado adeptos que llegan de todo el mundo para participar en él.
Y para disfrutar de sus trajes tradicionales o también de plumas y lentejuelas, máscaras y pintura corporal, batucadas y otros grupos de percusión, bailes tradicionales caribeños y música reggae, pollo jerk, coco fresco y un desfile de 5 kilómetros de longitud que te hará ver Londres con otros ojos.