Cuatro destinos para un viaje de película

Publicado el 8 de mayo de 2024

 

El cine tiene la mágica propiedad de trasladarnos allá donde se encuentren los protagonistas de cada película: una selva, un desierto, una playa paradisiaca o las calles de Roma o París son sólo unos pocos ejemplos. Ejemplos que nos invitan a viajar, a pensar frente a la gran pantalla en nuestras próximas vacaciones, que con total seguridad van a tener una resolución más allá del 4K.

Coge las palomitas y pon atención. Te vamos a hacer spoiler, pero sin que sirva de precedente, éste te va a gustar.

JordaniaDune y las arenas de Jordania

Uno de los grandes taquillazos de los últimos tiempos ha venido de la mano de la saga intergaláctica Dune, que nos muestra paisajes desérticos localizados en Abu Dhabi, en Chile y en Jordania. De hecho, a lo largo de los últimos años este último país ha sabido mostrar sus encantos en la gran pantalla sobradamente: The Martian, Rogue One, Prometheus, Lawrence de Arabia o Indiana Jones y la última cruzada se rodaron dentro de sus fronteras.

Uno de los puntos clave es el desierto del valle de la Luna o Wadi Rum, un área protegida reconocida como Patrimonio de la Humanidad desde 2011. Sus arenas rojizas acogen a los animales propios del desierto, como los geckos, las águilas y los camellos, y también a campamentos de beduinos, donde se puede acampar por la noche, tomar una suculenta ‘Zarb’ o barbacoa tradicional y ver las estrellas en su máximo esplendor.

El otro punto esencial de Jordania es la ciudad de Petra, un enclave arqueológico, capital del antiguo reino nabateo. Su famosa entrada, labrada en la roca, se localiza en el valle de Arabá, que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. A ella sólo se puede acceder a través de un cañón estrecho, lo que la convierte en un espacio mágico que merece la pena visitar.

GreciaMama Mía y las aguas turquesas de Grecia

Otra de esas películas que nos anima a viajar (y también a cantar) es Mamma Mía, el musical de canciones de ABBA que nos traslada a Skópelos, una isla del Egeo perteneciente a Grecia. Sus aguas de color azul turquesa se contraponen a barriadas de casas encaladas con persianas azules que van en ascenso, montaña arriba.

No es esta la única isla griega que hemos descubierto a través de la gran pantalla: Santorini ha sido escenario en Tomb Rider: la cuna de la vida; Henry Cavill se paseó por las Cícladas como espía en Argylle; Spetses fue el espacio elegido para rodar Puñales por la espalda: el misterio de Glass Onion; y el clásico Zorba el griego dio sus famosos pasos de baile en Creta.

Visitarlas todas es un reto al que se puede aspirar gracias a los cruceros que navegan por el Egeo, con los que es más sencillo atracar por muchos de estos puertos en unos pocos días. E, incluso, visitar la milenaria Atenas, pasear por la Acrópolis y conocer toda su riqueza cultural y gastronómica.

Tour por Nueva Zelanda en pos de la comunidad de anillo

¿Cuántos de nosotros hemos planeado visitar Nueva Zelanda antes de ver la trilogía de El Señor de los Anillos? Ni se nos pasaba por la cabeza que unas islas tan pequeñas y alejadas pudieran albergar tal diversidad y belleza. Y ahora, casi 25 años después desde que se estrenase La Comunidad del Anillo, el país entero es un lugar de culto para los fans.

Es posible visitar el set de rodaje de Hobbiton, el pueblo de hobbits donde comienza la historia y donde ‘residen’ Bilbo y Frodo Bolsón, con lagos y verdes praderas por las que dar largos paseos. Localizado en Matamata, en la isla norte del país, suele ser la primera escala en el Tolkien tour neozelandés.

No obstante, el espacio que más impacta al visitante es el Tongariro National Park, que sirvió para escenificar Mordor, hogar del malvado Sauron. También en la isla norte, este parque natural alberga varios conos volcánicos activos, así como lagunas de color verde azulado y rutas de trekking por zonas bastante menos tenebrosas que las que se mostraban en las películas. Una excursión que nadie debe perderse.

La magia de Tailandia también en la gran pantalla.

Tailandia y, sobre todo, sus playas han sido el escenario perfecto de muchas películas de muy diversa temática: desde James Bond y sus tramas de espionaje en El hombre de la pistola de oro hasta Naomi Watts, Ewan McGregor y un jovencísimo Tom Holland enfrentándose a un tsunami en Lo imposible, pasando por viajes trascendentales como el que se plantea en La Playa que no acaban como sus protagonistas esperan.

Verlas en sesión continua nos animan a navegar entre los islotes de piedra caliza de la bahía de Phang Nga, al noreste de la isla de Phuket. La misma por la que pasa Leonardo di Caprio mientras busca un cambio en su vida entre las aguas cristalinas de Koh Phiphi y Maya Beach, en el océano Índico. Y muy cerca de Krabi, donde se inmortalizaron algunas de las escenas previas a la ola gigante del director Juan Antonio Bayona.

 

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