El equipo Águilas – B the travel brand formado por José García, Isaac Buendía, Ismael Navarro y Daniel Miras, logró un meritorio tercer puesto en la categoría ambassador tras pedalear 619 kilómetros en 6 etapas.
Una aventura que arrancó el jueves 26 de abril, tres días antes del comienzo de la prueba, cuando los integrantes del equipo emprendieron un viaje que también tuvo varias etapas. Primero en furgoneta desde Águilas hasta Almería, donde embarcaron en un ferry rumbo a Melilla.
Ya en suelo africano, tocaba volver a subirse a la furgoneta para llegar (10 horas después) a Dades, punto de partida de la Titan Desert 2018. Momento de deshacer el equipaje, poner las bicis a punto y descansar en una de las jaimas que la organización habilita para los corredores.
Durante los siguientes seis días esa jaima se iba a convertir en la casa y el cuartel general del equipo. Allí, cada día, sonaba el despertador a las 6:00 de la mañana, dos horas antes del comienzo de cada etapa. Tiempo empleado en preparar el material, repasar la ruta a seguir y en cargar las pilas con un buen desayuno.
Por delante, unas cinco horas de media en cada etapa, durante la que los corredores se alimentan únicamente con barritas energéticas y geles.
Una vez de vuelta el campamento, llega el momento de descansar. Los corredores disponen de varias zonas comunes en las que reunirse y compartir las experiencias vividas durante la etapa. Además, cuentan con áreas de recuperación en las que los fisioterapeutas de la organización ponen a punto las piernas de los ciclistas.
Una vez descansados, toca pensar en la siguiente etapa. Cada corredor debe lavar su equipación, revisar el estado de su bicicleta y asistir a la reunión que se celebra cada día a las 20:00 y en la que se les informa de cómo va a ser el recorrido del día siguiente. Solo queda cenar y tratar de dormir lo mejor posible para poder darlo todo de nuevo.
Y así, día tras día hasta lograr el objetivo final: cruzar la meta de Maadid, finalizar la Titan Desert y recibir tu trofeo como finisher, una piedra. No hay «premio» que refleje mejor lo que es esta carrera, resistencia y dureza.
La emoción embarga a todos los que son capaces de vencer al desierto y terminar la prueba. Y por supuesto, nuestros chicos no iban a ser menos.
Una aventura que comenzó hace meses cuando Isaac, Ismael, Daniel y José comenzaron a entrenar. Una aventura que ha acabado de la mejor manera, con la satisfacción de haber superado un gran reto. ¿Cuál será el siguiente?