El frío asfalto de Ekaterimburgo lleva años tatuado. Un brochazo de rojo cadmio resalta sobre el gris del empedrado, que resbala en el cuaderno al representar con la acuarela los charcos que se forman junto a las alcantarillas. Al alzar la vista el cielo sigue desafiante, lo que obliga a añadir unas gotas de negro marfil a la mezcla que se crea sobre la caja de metal, casi lista para trasladarse al papel y dar vida al dibujo.
Esta ciudad tampoco se entendería sin sus iglesias ortodoxas, para las que bastan unas líneas de tinta trazadas a pluma, dejando en blanco sus impolutas paredes bañadas en cal. Una rica paleta de tonos verdes rodea el edificio, mientras que su cúpula, coronada por una cruz, pone el broche de oro.
Como se advierte en el dibujo, Ekaterimburgo es un lugar teñido de rojo: el color de la sangre derramada por la familia Romanov (algo que marcaría inevitablemente la historia de Rusia) y el de los brochazos de pintura sobre la acera, que guían a los turistas por la ruta de los 35 edificios y monumentos más importantes de la ciudad, con todas las historias que esconden.
IMPOSIBLE PERDERSE
Convertida en una de las paradas clásicas de la ruta del Transiberiano, esta ciudad situada entre Moscú y Novosibirsk se ha ganado el cariño de los viajeros por su original forma de guiarles a través de sus tesoros. Esa línea roja dibujada en el suelo permite llegar (sin la mínima opción de perderse) a los principales puntos turísticos en poco más de dos horas.
Imagina que llegas a Ekaterimburgo después de 36 horas de tren, apurando el último café de sobre preparado con el agua hirviendo de esa enorme máquina que se encuentra en el extremo de cada vagón. Pones el pie en el andén, cargas con la mochila hasta el albergue y a partir de ahí solo tienes que preocuparte de seguir su famosa línea roja, aprovechando al máximo tus pocas horas en la ciudad.
Son 5,5 kilómetros y 35 paradas marcadas en el camino, todas ellas explicadas en varios idiomas en una aplicación gratuita que está disponible para descargar en el móvil. Un curioso sistema que tiene sus defensores y detractores, pero que sin duda ayuda a hacerse una idea de prácticamente todo lo que se puede ver en el lugar sin necesidad de recurrir al mapa.
La primera parada de este tour no podía ser otra que la de la estatua de Lenin que preside la plaza central de Ekaterimburgo, mientras que el plato fuerte es la impresionante Iglesia sobre la Sangre, construida en el lugar donde fue asesinada en el año 1918 la familia Romanov (con Nicolás II, el último Zar de Rusia, al frente). Este hecho histórico también dio lugar a la leyenda de Anastasia, la hija menor del monarca.
OTRAS INICIATIVAS SIMILARES
Ekaterimburgo no es el único lugar que utiliza este curioso sistema. La ‘línea roja’ (‘Roter Faden’, en alemán) se inventó en 1970 en la ciudad alemana de Hannover y ha estado en uso desde entonces, con 36 monumentos en sus 4,2 kilómetros de recorrido, ayudando a los turistas con tiempo limitado a sumergirse en sus encantos.
En la misma ruta del Transiberiano, a la altura de Irkust, otra línea (en este caso de color verde) cumple con el mismo cometido. Un interesante paseo antes de desplazarse unos cuantos kilómetros para disfrutar del mayor lago de agua dulce del planeta: el impresionante Baikal.
La pregunta que surge ahora es si ésta es realmente la mejor forma de conocer una ciudad. ¿Se trata de una buena idea? Nosotros siempre hemos pensado que no hay nada mejor que perderse por un lugar para poder conocerlo de verdad. Pasear por esos barrios a los que no suelen llegar los turistas y descubrir por ti mismo todos sus encantos.
Sin embargo, cuando no dispones de mucho tiempo y quieres hacerte una idea de cómo es el sitio quizás pueda ser una gran iniciativa. No todo es blanco o negro en el imaginario viajero. Puede que la clave en este caso esté en ese brochazo de color rojo.
Nosotros tenemos que reconocer que disfrutamos de la experiencia y os animamos a incluir Ekaterimburgo en vuestra ruta por Rusia. ¿A qué estáis esperando para preparar el viaje? Aquí encontraréis las mejores ofertas.
Comments:
17 thoughts on “Turismo para ‘Dummies’: la línea roja de Ekaterimburgo”
Excellent depth -)|
Hi Dwight,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
Your photos look fantastic !!!|
Hi Hollis,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
I realy liked the depth!|
Hi Laquanda,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
I adore the standpoint.|
Hi Retha,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
Thank you for consisting of the stunning images– so open to a feeling of reflection.|
Hi Grabriel,
Thanks for yours comments.
Regards, Alejandro.
quite outstanding images.|
Hi Natividad,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
I love the tones!|
Hi long,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
It is a beautiful picture with very good lighting -)|
Hi Astrid,
Thanks for your comment.
Regards, Alejandro.
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