En verdad fue un largo viaje. No lo vamos a negar. Después de casi dos horas de vuelo, aterrizar en Milán, coger un tren hasta Turín, luego Pinerolo y que unos amigos nos esperaran en coche para seguir hacia Cavour, la subida hacia el pueblo italiano de Crissolo como última etapa se nos hizo muy cuesta arriba, más de lo que ya es. Ya ves que no hace falta salir de Europa para tardar –a veces— una eternidad en llegar a un lugar. Pero todo tiene un por qué.
Quizás nos habría salido más rentable alquilar un coche, quién sabe, pero no hubiéramos podido apreciar de igual modo todo el paisaje que teníamos delante de nuestros ojos. Lo emocionante comienza desde Turín hasta Crissolo, atravesando la región de Piamonte, ya que puedes ver toda la cadena montañosa de los Alpes en la distancia, y poco a poco te vas dando cuenta de que la carretera se va haciendo cada vez más empinada.
Al fondo, y ya más cerca de nosotros, encontramos el Monviso (con 3.841 m. de altitud) que destaca entre todos los picos, muy pegado a la frontera con Francia. Su forma piramidal es reconocible a gran distancia, pero hay dos características más que hacen de esta montaña única. Una de ellas se refiere a la orografía ya que en una de sus laderas septentrionales se encuentran las fuentes del Po (el llamado Pian del Re, a 2.020 m. de altitud), donde emerge uno de los ríos más importantes de toda Italia. En invierno puedes encontrar el lugar cubierto de nieve para poder tirarte en trineo, hacer muñecos de nieve de manera gratuita, o si eres de los que disfrutan con el esquí también tienes la estación Monviso a unos metros más arriba.
En primavera y verano tendrás la zona plagada de niebla —a veces— y de una naturaleza sublime, tanto que en 2014 la UNESCO añadió este lugar a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.
Otra de las características del Monviso es bastante curiosa. Se cree, según los lugareños, que fue fuente de inspiración del logo de la compañía productora y distribuidora de cine Paramount Pictures. ¿Sí, no? bueno, mira su logotipo y verás que hay bastante similitudes.
Crissolo, instantánea de pueblo de montaña
Pasar el día en las laderas y en el valle cercano a uno de los picos más altos de los Alpes italianos es una de las opciones, sobre todo en invierno con la cantidad de nieve que hay, tanto para hacer fotos como para simplemente disfrutar. Sin embargo, a unos pocos kilómetros de este punto, carretera abajo, se encuentra el pueblo de Crissolo, cerca de las faldas de la cadena montañosa y con el río Po que lo divide en dos. Desde aquí nace la carretera de montaña.
«A unos pocos kilómetros del nacimiento del río Po se encuentra el pueblo de Crissolo, con pocos habitantes, casas de madera y un ambiente piamontés muy acogedor»
En la actualidad, con menos de 200 habitantes, Crissolo es una de las mejores opciones si lo que deseas es quedarte para disfrutar del entorno y del paisaje piamontés. Casas de madera, poca gente, tejados de pizarra y todos se conocen. Aquí podrás alojarte en algún refugio, albergue o quizás en un camping unos kilómetros más abajo ya que no hay muchas opciones. Aunque siempre tienes la opción de encontrarte con algún piamontés y que amablemente te abra uno de sus refugios de montaña para hacer noche. Lo recomendamos sin duda. Desde tu cama y a través de la ventana, amanecer con este paisaje plagado de nieve no es algo que se pueda pagar con nada.
Ahora entenderás porque merece la pena tardar más de lo establecido en llegar a este lugar.