24 horas por Praga

Publicado el 27 de marzo de 2019

A pesar de ser una ciudad muy turística y estar entre las ciudades más visitadas en Europa, Praga consigue mantener una esencia y personalidad inmune ante tanto selfie y grupos de turistas. La capital de la República Checa ha ido cerrando las heridas de su pasado convulso en el siglo XX, para abrirse paso entre las ciudades más fascinantes y con más que ofrecer en el panorama turístico europeo.

Pasar 24 horas por Praga sólo se justifica si estás haciendo un recorrido por Europa del Este y no dispones de demasiado tiempo. Si es así, prepárate para conocer lo absolutamente imprescindible de esta ciudad a orillas del río Moldava y disfrutar de unas inolvidables 24 horas en Praga.

No hay mejor sitio para comenzar a explorar Praga en modo relámpago que la Ciudad Vieja. La plaza de la Ciudad Vieja, (Staré Město) que data de finales del siglo XI, agrupa muchos de los monumentos increíbles de la ciudad y es donde tiene lugar el mejor ambiente de la ciudad.

La Iglesia de Nuestra Señora de Týn, el Ayuntamiento y su flamante torre (a la que debes subir sí o sí y maravillarte con las vistas) y la Iglesia de San Nicolás, son algunos de ellos. La música y el bullicio no faltan, ya sea en verano con el sonido de músicos y artistas callejeros o en invierno, cuando se instala el pintoresco Mercado de Navidad.

Te recomendamos no perderte el espectáculo del Reloj Astronómico en uno de los costados del Ayuntamiento. El desfile de los Doce Apóstoles con cada cambio de hora es todo un acontecimiento en Praga. Sin ir más lejos, estamos ante el reloj astronómico más famoso del mundo.

A tan sólo 8 minutos andando de la plaza, a través de una serie de encantadoras calles serpenteantes, se halla el que probablemente sea el segundo monumento más importante: el Puente de Carlos.

Esta gloriosa obra del período gótico, más allá de comunicar la Ciudad Vieja con el Castillo de Praga, es el puente más famoso de la ciudad. Con más de 500 metros de largo, se trata de uno de los puentes de piedra más antiguos del continente. ¡Se comenzó a construir en 1357!

Lugar solemne como pocos, está flanqueado por 30 estatuas de personajes importantes para la ciudad. Rara vez podrás ver el puente sin personas, ya que los turistas no dan tregua.

Hacia el otro lado contrario del puente, llegarás a la zona de Malá Strana, un nombre con el que debes familiarizarte, ya que es donde se encuentra el famoso Castillo de Praga. Apostado en una alta colina, esta fortificación, considerada una de las mayores del mundo, domina el panorama de la ciudad y le otorga un aspecto de cuento de hadas, especialmente durante la noche.

Antigua residencia de los Reyes de Bohemia, se trata de uno de los monumentos más importantes del país. Visitarlo te puede tomar tranquilamente más de medio día. Para una visita rápida por los alrededores, te recomendamos utilizar el funicular de Petřin (que está muy cerca del castillo) para llegar al monte del mismo nombre. Te garantizamos unas vistas increíbles de Praga.

Otro icono de Praga que seguramente habrás visto en infinidad de postales es la “Dancing House” o casa danzante. Esta obra arquitectónica, gran ejemplar deconstructivista del “starchitect” Frank Gehry, es una de las imágenes más famosas de la ciudad. Actualmente alberga espacios de oficinas por lo que no se puede hacer una visita, sin embargo, puedes visitar el restaurante “Ginger & Fred”, ubicado en la séptima planta, para una comida o cena selecta con panorámicas inolvidables de Praga.

¿Qué hacer de noche? Praga es una ciudad culturalmente intensa y después o antes de la cena puedes disfrutar de un concierto de música clásica, una ópera o de una función del peculiar Teatro Negro de Praga, un aspecto cultural muy tradicional, donde luces negras y objetos fosforescentes crean sensaciones mágicas en el espectador.

Si consigues hacer todas estas actividades en un sólo día, te puedes dar por satisfecho. Sin embargo, como sabemos que querrás volver, te dejamos una lista de lo que puedes continuar viendo en un segundo viaje.

Torre de la Pólvora

Con 65 metros de altura, es la única torre de la muralla fortificada de la Ciudad Vieja que se mantiene en pie.

Metro de Praga

Aparte de su peculiar estética que raya en lo kitsch, el metro de Praga sorprende por su gran profundidad. No olvides validar siempre tu billete, los controles son abundantes.

Plaza de Wenceslao

En esta histórica plaza fue convocada la concentración que dio paso a la Revolución de Terciopelo, el detonante que ocasionó que el antiguo régimen cayera como fichas de dominó.

Museo del Comunismo

Pequeño y sin grandes pretensiones, narra a través de textos, fotos y objetos los años del comunismo en Praga, así como las prácticas de propaganda política y el funcionamiento de la censura.

Muro de John Lennon

Tras el asesinato del ex beatle en 1980, este muro se comenzó a pintar de manera orgánica y espontánea, como símbolo de la paz y la libertad. Sus pintadas y mensajes se modifican constantemente.

Cementerio judío

Con un aspecto que se aleja de los cementerios monumentales y gloriosos, el Cementerio judío de Praga, único lugar donde podían enterrar a los judíos durante siglos, es un lugar imprescindible en la ciudad.

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