En el año 750, un joven huye a la desesperada de una muerte segura. Cruza a nado el Éufrates, atraviesa Túnez, Egipto… En el año 756, este joven se convierte en Abderramán I, Emir independiente de Córdoba. Acompáñanos a recorrer Córdoba, una ciudad de callejuelas estrechas y sabor intenso, de olor a flores y música en las venas. ¡Comenzamos!
Palacio de Viana
Nuestra primera visita tiene lugar en el Palacio de Viana, un edificio declarado Bien de Interés Cultural. Construido en el siglo XV, se ha ido ampliando con el paso del tiempo.
Nada más y nada menos que doce son los patios que tiene este palacio que inspira calma en cada rincón, como por ejemplo el Patio de las Columnas. Pero no sólo de flores y patios se alimenta este gran palacio. En su interior alberga una gran colección de obras de arte y objetos de otras épocas. La sencillez de las estancias y la decoración contrasta con una cantidad abrumadora de plantas y flores, tanto en cantidad como en variedad. El Patio del Archivo es tan sólo una pequeña muestra.
Terminamos nuestra visita al Palacio de Viana y salimos dando un paseo. Hay algo que nos gusta de Córdoba y es la tranquilidad que se respira en sus calles, tan alejada del bullicio de otras ciudades. Casi sin darnos cuenta llegamos a nuestro próximo destino.
Plaza e Iglesia de San Agustín
Esta plaza fue restaurada en 2016 tras una larga demanda por parte de los vecinos de la zona. El resultado no ha podido ser mejor, ¡está preciosa! Además, en esta plaza tan bonita se sitúa otra joya: La Iglesia de San Agustín.
Desde la Plaza de San Agustín continuamos nuestro camino hasta la Plaza de la Corredera haciendo antes parada en varios lugares.
Patios de Córdoba
Entre las visitas a los innumerables monumentos y museos, visitamos muchos de los patios que participan en el concurso y que no pueden estar más bonitos.
Templo Romano
Paramos también a ver los restos de un templo romano que se encuentra en pleno centro de Córdoba. Este templo, que rendía culto al emperador, fue hallado en unas obras de ampliación del Ayuntamiento, que se encuentra pegando.
Iglesia de San Pablo
Muy cerca del Templo Romano, en frente del ayuntamiento, encontramos la Iglesia de San Pablo. Esta Iglesia se encuentra, al igual que la Iglesia de San Agustín, incluida en la Ruta de las Iglesias Fernandinas cuyo artículo también puedes leer en nuestro blog. Una vez cruzamos la puerta exterior, nos encontramos ante una fachada con un gran rosetón.
Seguimos nuestro camino hasta la Plaza de la Corredera que, desde aquí, está a dos minutos caminando.
Plaza de la Corredera
Sin duda es indispensable, si visitas Córdoba, acercarte hasta esta plaza. Es un lugar lleno de vida, donde se come bien a precios razonables.
Fue en esta plaza, en 1959, donde encontraron unos de los mejores mosaicos romanos que hemos visto nunca. Los puedes ver expuestos en el Alcázar de los Reyes Cristianos.
Va cayendo la tarde y decidimos ir hacia nuestra última visita. Por el camino aprovechamos para entrar a conocer algunos patios que, con el anochecer, se ponen preciosos.
Iglesia de San Lorenzo
Nuestra última parada de esta jornada tiene lugar en el barrio de San Lorenzo y la iglesia que le da nombre. Su mezcla de estilos no deja indiferente al viajero.
Aquí decidimos poner punto y seguido a nuestro primer día en Córdoba. Marchamos a descansar, para intentar madrugar lo máximo posible.
Mezquita de Córdoba
A la mañana siguiente nos levantamos pronto para poder visitar de forma gratuita la mezquita. Para visitarla tienes dos opciones: madrugar o pagar. Nosotros preferimos madrugar y ahorrarnos el precio de la entrada ya que de 8:30h a 9:30h es gratis.
El lugar es sencillamente impresionante y rompe todas tus ideas preconcebidas sobre este lugar. Las destroza de golpe. Como un vaso que se cae y se hace añicos, ¡pum!
Bajo un sol radiante que convierte el otoño en primavera, salimos por el patio de los naranjos y recorremos la fachada lateral de la mezquita buscando el puente romano.
Puente Romano de Córdoba
Casi pegando a la mezquita, se encuentra el puente romano y la llamada Puerta del Puente. Cruzamos para observar toda la ciudad de Córdoba desde el otro lado del río con las primeras luces de la mañana. En esta orilla nos encontramos con la Torre de la Calahorra.
Torre de Calahorra
Se trata de una fortaleza de origen islámico para proteger la entrada al puente y, de esta manera, proteger la ciudad. Toda la zona que rodea a la torre está formada por jardines para pasear a orillas del Guadalquivir haciendo del entorno un lugar idílico.
Decidimos volver a la otra orilla para seguir visitando los lugares tan increíbles que tiene Córdoba. Nuestro siguiente destino es el Alcázar de los Reyes Cristianos. Por el camino, a orillas del Guadalquivir, nos encontramos la noria de un antiguo molino de agua.
Alcázar de los Reyes Cristianos
Alfonso XI ordenó su construcción en 1328 e hizo del Alcázar su residencia durante sus estancias en Córdoba.
En su interior destacan sobre todas las cosas el Salón de los Mosaicos y los jardines ¡impresionantes los dos! A la entrada, nos recibe Alfonso X «El Sabio». Seguimos las flechas para recorrer el interior del Alcázar. Llegamos al lugar más espectacular, «El Salón de los Mosaicos», encontrados en la Plaza de la Corredera. Desde este salón, nos dirigimos a los jardines.
Salimos al exterior y lo que encontramos es sencillamente maravilloso. Una sinfonía de colores y aromas como no hemos visto jamás que, bajo el sol primaveral de Octubre, relucen de forma increíble. Cada lugar de estos patios forma un rincón idílico que hacen las delicias de los viajeros. Es impresionante como las manos de las personas encargadas de cuidarlo, forman un auténtico jardín del Edén.
El barrio judio y la Sinagoga
Se nos pasa la mañana volando mientras paseamos y hacemos fotos a las fuentes y flores del lugar. Salimos a por la puerta trasera del Alcázar en busca de la judería.
Entramos al barrio judío por la calleja de la luna tras visitar la estatua de la ciudad a Averroes que fue un filósofo y médico andalusí musulmán, además de maestro de filosofía, leyes islámicas, matemáticas, astronomía y medicina.
Nos sumergimos en un océano de calles estrechas, talleres y rincones con historia para descubrir el barrio judío cordobés. Sin duda, una de las figuras históricas de este lugar es Maimónides, judío sefardí y uno de los mayores estudiosos de la Torá que ejerció de médico, filósofo, astrónomo y rabino en Al-Ándalus. Su figura preside el barrio judío y le rinde homenaje junto a la Sinagoga. La Sinagoga de Córdoba no podéis dejar de visitarla, sus yeserías son una maravilla.
El Zoco
Desde la Sinagoga, nos acercamos al Zoco pues en este lugar se reúnen varias tiendas de artesanías. Si te apetece llevar un regalo a la familia, aquí puedes encontrar cosas bonitas. Algunos talleres de artesanos están situados en un lugar realmente idílico, en un patio donde reina la paz más absoluta.
Ponemos rumbo a nuestra próxima visita, la cual pillamos abierta por los pelos.
Capilla Mudéjar de San Bartolomé
Este lugar es uno de los sitios que teníamos marcados en rojo y que no nos queríamos perder. La capilla no es muy grande pero es realmente bonita, muy espectacular. Si vienes a Córdoba, visítala por la mañana pues su hora de cierre es a las 13:30h.
Calles y callejas de Córdoba
Salimos sin destino fijo con la única pretensión de caminar por las calles de Córdoba pues tenemos varios lugares en mente. Es una auténtica delicia pasear por una ciudad sin ruido de coches, semáforos ni aglomeraciones.
Tras un breve paseo, llegamos a la Calleja del Indiano. Se trata de una antigua casa palaciega del siglo XV de la que sólo se conserva su fachada.
La casa mudéjar de Córdoba
El lugar que se conserva perfectamente es nuestro siguiente destino, con el que no contábamos encontrarnos. La casa mudéjar es el resultado de la unión de varios edificios de los siglos XIV y XV. Además de contemplar las dependencias de una vivienda de hace 500 años, en su interior también hay exposiciones de diversas artes. Aunque nosotros nos quedamos con la tranquilidad de este lugar que, en estos momentos, lo tenemos para nosotros solos.
Plaza del Potro y Museo Julio Romero de Torres
Llegamos a media tarde a esta plaza llamada así por ser el lugar donde se situaba el mercado de caballos y mulas en Córdoba.
También visitamos el Museo Julio Romero de Torres, uno de los artistas cordobeses más reconocidos.
Desde la Fuente del Potro, nos dirigimos a visitar uno de los patios más legendarios de Córdoba. Caminamos mientras cae la tarde y, casi a oscuras, llegamos a nuestro último destino. Entramos a visitar uno de los patios cordobeses más míticos, pero eso lo dejamos para otro artículo sobre esta bonita ciudad que tanto nos gusta.
Esperamos que te haya gustado este artículo y puedas dejarnos un comentario. Si quieres seguir descubriendo el mundo con nosotros, ¡te esperamos!