Descubre los paisajes de cuento de la Selva Negra de Alemania

Publicado el 30 de marzo de 2020

De todos los paisajes por los que se conoce Alemania, no hay ningún otro como la Selva Negra. Lo más curioso es que se trata de una región que no es selva ni tampoco es negra, pero su nombre “Schwarzwald”, fue otorgado por los romanos por sus densos bosques y oscuras sombras.

Esta región se sitúa en el punto de encuentro entre Suiza, Francia y el suroeste de Alemania y comprende una extensa franja boscosa de unos 160 Km de largo por 60 de ancho. Su nombre evoca pueblos encantadores, bosques multicolores y castillos sacados de un cuento de hadas.

A continuación, te llevaremos a conocer los paisajes y pueblos de ensueño que se esconden en la Selva Negra de Alemania.

Descubre los paisajes de cuento de la Selva Negra de Alemania

Friburgo, puerta de entrada a la Selva Negra

No sólo está considerada una de las ciudades más bonitas de la Selva Negra, Friburgo de Brisgovia, la puerta de entrada a la región, tiene un encanto que la lleva a lo más alto de las ciudades más hermosas de Alemania.

Con un casco antiguo que invita a perderse por sus calles, Friburgo es el mejor sitio para comenzar a explorar y a saborear lentamente la Selva Negra. La Catedral de Friburgo, símbolo del pueblo, se levanta junto a su encantador mercado, uno de los mejores sitios para disfrutar por la mañana y descubrir sus aromas y sabores.

Un paseo por la restaurada calle Konviktstrasse, llena de tiendas de antigüedades, ver la fachada de su Almacén Histórico , que data del siglo XVI y acercarte al mirador del Monte del Palacio “Schlossberg” al atardecer, son actividades imprescindibles en Friburgo.

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Monte Feldberg

La cumbre más alta de la Selva Negra (1.493 metros sobre el nivel del mar), es un paraíso para los amantes del esquí. Dispone de más de 60 kilómetros de pistas esquiables muy cerca de la ciudad de Feldberg, situada a unos 45 Km de Friburgo.

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El lago Titisee, la joya de la Selva Negra

A escasa distancia de Feldberg, encontrarás este lago glaciar en cuyos alrededores se levanta el pueblo del mismo nombre que en pocas palabras resume todo lo que simboliza a la Selva Negra: naturaleza en estado puro, casitas típicas alemanas, mercadillos con productos frescos y los característicos relojes cucú.

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Lago Schluchsee

El pueblo de Schluchsee y su vecino lago, el gran lago de la Selva Negra, son un paraíso para los amantes de la naturaleza. Ya sea en invierno, por deportes como el esquí y las actividades en la nieve o en verano, para disfrutar de senderismo y actividades acuáticas, se trata de un destino ideal para desconectar en la naturaleza más pura.

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Triberg, un mundo de relojes cucú

Hacia el noreste nos encontramos con Triberg, un pueblo en el corazón de la Selva Negra y uno de sus principales reclamos. En triberg podrás sorprenderte con relojes cucú tan grandes que son literalmente como casas. Sin entrar en discusiones de cuál de ellos ostenta el título del más grande del mundo, los relojes de Cuco de Schonach (con una maquinaria de 3 metros por 3 metros) y de Eble Uhren-Park (con un péndulo de 8 metros) son dos visitas obligadas en Triberg.

Las cascadas de Triberg son otro de sus mayores atractivos. Con una caída de 163 metros, son las más altas de la Selva Negra y se pueden recorrer a través de un bonito paseo entre bosques.

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Gengenbach, una postal medieval

A escasa distancia de Estrasburgo, en la frontera con Francia, se halla este hermoso y pintoresco pueblo, que es toda una postal medieval alemana, con su muralla defensiva, puertas históricas y calles adoquinadas. Gengenbach no sólo conquista a quien la visita, también conquistó a Hollywood, cuando el mismísimo Tim Burton la escogió para filmar escenas de Charlie y la Fábrica de Chocolate.

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Freudenstadt

En el camino entre Friburgo y Baden-Baden, en dirección de sur a norte, se encuentra esta discreta pero interesante localidad que surgió de entre las cenizas tras un brutal bombardeo en la Segunda Guerra Mundial. Freudenstadt es un gran centro turístico en Alemania, ya que se encuentra en la Ruta de los Balnearios de la Selva Negra.

Por si fuera poco, posee la Marktplatz (plaza de mercado) más grande de toda Alemania, su coquero Rosenweg, es el sendero de rosas a mayor altitud y uno de los aires más puros y limpios del país. Para visitas peculiares (y vistas de toda la ciudad), no te pierdas una visita a la montaña Kienberg y la famosa Torre Friedrichtum, un espectacular mirador a más de 730 metros de altura.

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Baden-Baden, refinamiento en la Selva Negra

Terminamos este recorrido por lo más imprescindible de la Selva Negra en Baden-Baden, ciudad que atrajo a la alta burguesía en el siglo XIX y que continúa siendo un polo de atracción para personas de alto poder adquisitivo.

Sin embargo, lo que tiene de refinada esta ciudad lo tiene de encantadora, ya que se trata de un compendio de verdes parques, villas y casas señoriales, calles empedradas y pintorescas avenidas para ir de compras (o al menos para mirar escaparates).

Las propiedades curativas de sus termas ya fueron descubiertos por los romanos en su tiempo, tradición que continúa en la actualidad en forma de las Termas Caracalla, un moderno spa y balneario o en las Termas Friedrichsbad, que combina las tradiciones del baño romanas e irlandesas.

El edificio de la Kurhaus alberga el famoso y ostentoso Casino de Baden-Baden (uno de los más antiguos de Europa), en el que fácilmente podrás sentirte como un extra en una película de James Bond.

 

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