Publicado el 5 de mayo de 2020

Por nuestra frenética actividad laboral, muchas veces no podemos disfrutar de varias semanas de vacaciones para viajar o simplemente para hacer otras actividades que nos gustan, ya sea solos o acompañados. Sin embargo, muchas personas sí tenemos los fines de semana libres para poder llevar a cabo nuestros planes, tiempo suficiente para organizar, por qué no, una pequeña escapada romántica. Si te encanta viajar y dispones de un par de días, te aconsejamos que visites Viena, uno de los destinos turísticos más interesantes del centro de Europa. Si encima vas con tu pareja, estamos convencidos de que vendréis aún más enamorados. A continuación, te proponemos un itinerario para que veas lo imprescindible en 48 horas.

Viernes
Tras dejar las maletas en el hotel, cogeremos un bus, tranvía o metro que nos lleve directamente hacia la Ópera Estatal donde comenzaremos nuestra primera toma de contacto real con la ciudad. Este edificio neorrenacentista, que se construyó a finales del siglo XIX, tiene un programa de actuaciones en las que se puede disfrutar de más de 50 óperas y numerosos espectáculos de ballet durante todo el año.

Una vez que hayamos esquivado a todos los “Mozarts” que nos intentarán vender entradas, nos daremos un paseo por Kärntner Str. Esta calle, que es la principal del centro de Viena, nos llevará hasta Stephansplatz, aunque mientras la recorremos podremos ir viendo numerosas tiendas de firmas importantes, restaurantes, el Casino Wien y dos de los hoteles más famosos de la ciudad: el Sacher y el Ambassador. Ya en Stephansplatz podremos contemplar la imponente Catedral de San Esteban.

Unas calles más al norte, situado en la plaza más antigua de la ciudad, se encuentra el reloj Anker. Cuando este reloj marca las horas en punto, los viandantes podemos disfrutar de cómo una figura representando a un personaje histórico se mueve por el reloj mientras suena una música clásica vienesa. Nuestro último paseo del día será por Kohlmarkt, una de las calles comerciales más importantes, para terminar con las vistas maravillosas del palacio más grande de la capital austríaca: el Palacio Imperial de Hofburg.

Fin de semana romántico en Viena

Sábado
Empezaremos el día lo más temprano posible y pondremos rumbo al Palacio de Schönbrunn. Este palacio, también conocido como el Versalles vienés, cuenta con un total de 1441 salas de estilo rococó, de las cuales 45 pueden ser visitadas. Algunas de las estancias más atractivas son la Gran Galería, el Gabinete Chino Oval y el Salón Chino Azul. Por supuesto, otro enclave del que no nos podemos olvidar es de sus increíbles jardines, por los que podremos pasear durante horas y horas. Si terminamos pronto de ver todo, también podemos subir hasta La Glorieta, un mirador que nos ofrecerá unas maravillosas vistas del Palacio y sus jardines.

Es hora de coger el transporte público e irnos al corazón histórico de la ciudad para, si tenemos tiempo antes de comer, ver el museo de la Albertina, cuya colección alberga más de 60.000 dibujos y alrededor de un millón de grabados; descubrir la Biblioteca Nacional Austríaca y su imponente sala principal, la Sala Imperial; o pasear por el Jardín Burggarten, un curioso parque donde descansa el monumento a Mozart.

Tras haber cogido fuerzas durante la comida, nos desplazaremos hasta el Palacio Belvedere. Este palacio, que también tiene unos preciosos jardines para recorrer, consta de dos edificios, el Belvedere Superior y el Inferior, que albergan hoy arte austríaco desde la época medieval hasta nuestros días. En Belvedere Superior se encuentra una de las obras de arte más famosas a nivel mundial de Klimt: la pintura El beso.

Saliendo del palacio por su parte más norte, nos encontraremos con el monumento a los Héroes del Ejército Rojo, que fue construido para conmemorar a los miles de soldados soviéticos caídos en la batalla de Viena durante la II Guerra Mundial.

A escasas calles nos encontraremos con Karlskirche. Su espectacular cúpula y las dos grandes columnas exteriores cuya decoración representan escenas de la vida de San Carlos Borromeo hacen que sea una de las iglesias más bonitas de Viena. Contemplar este monumento durante la hora azul, justo cuando el sol es esconde y empieza la noche, es uno de los momentos que se te quedará grabado en la retina para siempre.

Fin de semana romántico en Viena
Domingo
Hoy nos volverá a tocar madrugar para ir al Palacio Imperial de Hofburg y ver el Museo Sisí y los apartamentos imperiales. Si terminamos rápido la visita, y con un poco de suerte, podremos disfrutar de un entrenamiento de doma clásica a cargo de la Escuela Española de Equitación de Viena en una impresionante sala barroca ubicada en la zona más al este del palacio.

Cruzando el Donaukanal, una ramificación paralela al río Danubio, llegaremos al Prater, una popular zona recreativa que alberga el parque de atracciones más antiguo del mundo. El acceso es gratuito y solo pagarás en las atracciones que te quieras montar.

Para bajar un poco el ritmo frenético que hemos llevado durante el fin de semana y relajarnos un poco antes de coger el vuelo de vuelta a casa, es un buen momento para ir a la playa. ¿A la playa? Sí, en Strandbar Herrmann cuentan con cientos y cientos de toneladas de arena, hamacas y bares para simular que estás en la costa sin, en realidad, estarlo. Sin duda, un gran plan para despedirnos de este gran viaje.

Fin de semana romántico en Viena
Otros lugares que visitar
En caso de que te haya sobrado tiempo, también podrías visitar el Naschmarkt, el Ayuntamiento de Viena, el Wiener Stadtpark, la Iglesia de San Francisco de Asís o el estadio Ernst Happel, donde España ganó en 2008 su primera Eurocopa. Además, si dispones de más días, puedes dar un paseo en barco por el Danubio o pasar un día en la ciudad de Bratislava.

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