Es la segunda vez que pisaba tierras mexicanas y al pensar que volvería me entró una emoción… Tenía muchas ganas de volver porque es un sitio que me había fascinado, ya sabéis que a mí me chiflan las piedras y está lleno de sitios espectaculares para ver.
Aunque en un principio pensaba que iba a viajar sola, al llegar a México me llevé la sorpresa de que tenía nueva compañera de aventuras: Corina. Desde el primer momento en el que nos miramos, supimos que nos íbamos a llevar bien.
Una de las cosas que me encanta del país es la gastronomía, es súper variada y le gusta a todo el mundo: burritos, tacos, mucho queso y picante. Pero no os preocupéis que también hay comida sin picante…
Las dos excursiones que más me gustaron del viaje fue bucear y la visita al cenote. Nunca había buceado (que no tiene nada que ver con el snorkle) y aunque estaba al principio acojonada, me atreví a hacerlo y me sentí súper segura todo el rato con el guía de Bahía Divers. ¡Fue una auténtica pasada! También tenía muchas ganas de conocer el cenote, porque en mi anterior visita a México no lo vi y a mí me vuelven loca los misterios de los mayas. Impresiona al verlo porque es un agujero en la tierra que no se ve desde fuera, está todo oscuro y solo escuchas el ruido de los murciélagos… Pero tiene mucha historia porque era el lugar en el que los mayas hacían sacrificios porque pensaban (vete a saber porqué) que conectaban con el submundo.
México me ha encantado, pero me hubiera gustado estar más días porque me he quedado con ganas de ver más piedras a mi bola y ver Cobá que es un templo que está en la selva. ¡Volveré con más tiempo!
Si venís a México tenéis que probar todo, sé que os apetecerá tumbaros en una hamaca al solete pero no os quedéis sin ver las ruinas mayas, probar la experiencia del temazcal, los cenotes por su historia y practicar snorkle, a no ser que os atreváis a hacer buceo que también es una opción.
Marta de Rojo Cangrejo