Qué ver en Roma en un fin de semana

Roma tiene un encanto especial que seduce a cualquiera que la visite. Escenario de películas inolvidables como “La Dolce Vita” o “Vacaciones en Roma”, la Ciudad Eterna es una de esas ciudades de las que uno no consigue cansarse.

Más allá de su importancia histórica y su invaluable patrimonio artístico, Roma se vive en sus calles adoquinadas, sus plazas y sus animadas y usualmente caóticas vías. Conocer Roma es comenzar un romance del que es difícil despedirse.

Como la buena mesa italiana, esta ciudad hay que disfrutarla poco a poco y aunque cualquier viaje a Roma siempre será corto, por algo hay que comenzar. Si estás buscando vivir una escapada “a la italiana”, conoce cómo disfrutar a tope de un fin de semana en Roma.

Viernes

Piazza del Popolo

La imponente Piazza del Popolo es un buen lugar para comenzar a descubrir Roma. Situada en uno de los puntos de entrada más importantes de la antigua Muralla Aureliana, fue una importante intervención urbana de comienzos del siglo XIX que se ha convertido en una de las plazas más importantes de la ciudad.

Allí se encuentran las iglesia gemelas de Santa Maria dei Miracoli y Santa Maria in Montesanto. En el medio de los dos semicírculos que conforman su espacio, se levanta el Obelisco Flaminio. El monumento egipcio de 24 metros de altura, dedicado a Ramsés II, es uno de los más altos de Roma.

La Piazza del Popolo marca el nacimiento de 3 grandes vías romanas: Via di Ripetta, Via del Corso y Via del Babuino. Anímate a seguir por esta importante calle y descubre qué te espera.

Piazza Spagna

Llegamos a uno de los lugares imprescindibles (e irresistibles de Roma). La famosa Plaza de España, con su gran escalinata y la Fontana della Barcaccia de Bernini a sus pies, es uno de los sitios más animados.

Te recomendamos saborear el ambiente de la plaza, tomarte un helado o subir las escalinatas para descubrir las vistas desde la iglesia de Trinità del Monti.

Vía del Corso

A un paso de Piazza Spagna, transcurre esta animada calle de más kilómetro y medio. Si quieres cogerle el pulso a Roma, este es el momento. Via del Corso está rebosar de tiendas, restaurantes y bares, además de palacios (como el Palazzo Doria Pamphili) o importantes iglesias.

Atención en la esquina con Via delle Muratte. Haz un desvío hacia el oeste para encontrarte con uno de los mejores rincones de Roma: la Fontana di Trevi.

Fontana di Trevi

Este rincón, aparte de romántico y a pesar de la multitud que se agolpa de manera casi permanente, desprende una energía especial. La fuente más famosa de Roma, construida en 1629 e inmortalizada en “La Dolce Vita”, recauda una media de 3.000€ diarios, fruto de la tradición de lanzar 3 monedas sobre el hombro derecho y de espaldas a la fuente para asegurar el regreso a la ciudad.

Piazza Venezia

Para finalizar el día, acércate a la colina Capitolina para admirar uno de los monumentos más polémicos de Roma. Aquí se encuentra el gigante Monumento a Vittorio Emanuele II, dedicado al primer rey de una Italia unida.

Construido enteramente en mármol blanco, fue muy criticado por la consecuente destrucción de parte de la colina y un barrio colindante. La visita se hace imprescindible por sus vistas, desde donde se puede apreciar la Piazza Venezia y una parte del cercano Foro Romano.

Sábado

Coliseo

Si quieres sacarle el mejor partido a un fin de semana en Roma, vale la pena acercarte al Coliseo en su hora de apertura, es decir a las 8:30 horas. El anfiteatro más grande del mundo, que llegó a tener capacidad para 50.000 personas, es uno de los iconos de esta ciudad.

¿Sabías que el Coliseo funcionó como tal durante más de 500 años? Durante 5 siglos fue escenario de peleas de gladiadores, ejecuciones y demás espectáculos. Parece mentira que después de su abandono, terremotos y posteriores saqueos, haya sobrevivido hasta nuestros días en tal buen estado. Una buena muestra de las técnicas constructivas romanas.

La visita al Coliseo incluye también el Foro Romano y la colina Palatino, mítico lugar de la fundación de Roma, en el año 754 a. C. Aquí era donde se desarrollaba el epicentro de la vida comercial, social y política de la Antigua Roma. A pesar de que están en ruinas, podrás caminar por los senderos donde se levantaba el Templo de Saturno, el Arco de Tito y los demás foros imperiales.

Panteón de Agripa

Posiblemente sea la obra monumental de Roma mejor conservada y la más relevante. Sólo en Roma puedes estar caminando alrededor de un ejemplar único y de los más perfectos de la arquitectura universal y poder tocarlo sin barreras.

El templo de planta circular, construido por Adriano entre 118 y 125 d. C., está dedicado a todos los dioses. Su realización fue un gran paso innovador en la ingeniería romana y sirvió de inspiración para infinidad de obras desde el Renacimiento hasta nuestros días. La entrada es gratuita.

Piazza Navona

A pocos metros, te espera una cita en Piazza Navona, otra de las famosas plazas públicas de Roma. A primera vista llama la atención su peculiar forma, y es que la plaza se encuentra en el mismo sitio del antiguo Estadio de Domiciano, también escenario de juegos deportivos.

Si bien es un sitio para disfrutar en una de sus innumerables terrazas y restaurantes, Piazza Navona destaca por tener algunas de las fuentes más famosas e impresionantes de Roma. La Fuente de los Cuatro Ríos, donde se representan el Nilo, el Danubio, el Ganges y el Río de la Plata es obra de Bernini y deja sin aliento a cualquiera. Aquí se levanta el Obelisco de Domiciano.

En ambos extremos de la plaza se hallan la Fontana del Moro y la Fontana de Neptuno, ambas obra de Giacomo della Porta.

Barrio de Trastevere

Trastevere merece un capítulo aparte en un trayecto por Roma. Este barrio de ambiente un tanto bohemio y de aire decadente, es uno de los rincones más encantadores que esconde la capital italiana. Un sitio que invita a perderse por sus calles y a probar sus restaurantes, trattorias o bares.

Al no tener grandes monumentos o sitios de interés como en otras partes de la ciudad, visitar Trastevere es una invitación a desconectar de la historia y obras de arte por un rato y conectar con la vida de uno de sus barrios más genuinos.

De paso obligado es la Basílica de Santa María in Trastevere, ubicada en la Piazza di Santa Maria, una de las iglesias más antiguas de Roma y una postal muy tradicional.

Domingo

Plaza San Pedro

Sería un crimen pasar un fin de semana en Roma sin hacer un paseo por la Ciudad del Vaticano. La Plaza de San Pedro, epicentro mundial del catolicismo, domina en dimensiones y belleza sobre cualquiera de las otras famosas plazas romanas. Es la antesala a la Basílica de San Pedro, el mayor templo cristiano del mundo.

Si bien hay que soportar largas colas para entrar, una visita al interior es imprescindible. Más de 200 metros de largo y 136 de altura, aparte de grandes obras de arte, 45 altares y 11 capillas, lo justifican. Aún así, el imponente espacio debajo de la cúpula, el Baldaquino de San Pedro o los impresionantes relieves no consiguen eclipsar a su obra de arte más conocida: “La Piedad” de Miguel Ángel. Si quieres vistas espectaculares, la subida a la cúpula es obligatoria. Si no te animas a subir los 550 escalones, puedes optar por el ascensor.

Capilla Sixtina

Con un pie ya puesto en el Vaticano, bien merece aprovechar y ver la Capilla Sixtina, donde se halla el fresco “La creación de Adán”, la obra cumbre de Miguel Ángel.

La entrada a la basílica es gratuita y se puede hacer por libre, pero se requiere entrada para visitar la Capilla Sixtina y los Museos Vaticanos, que además incluye la Biblioteca Vaticana y otras estancias.

Castillo Sant’ Angelo

Para finalizar este fin de semana en Roma con broche de oro, acércate hasta el fotogénico Castillo Sant’ Angelo, a pocos metros del Vaticano. El imponente monumento construido por Adriano como su mausoleo, domina el panorama sobre el Tíber, obsequiando uno de los panoramas más bonitos de la Ciudad Eterna.